Para entender lo que llamamos Baby Shower, se podría traducir como «la fiesta de bienvenida del bebé».
Es una costumbre histórica que se remonta a tiempos ancestrales y, aunque actualmente cada vez es más conocida con su llegada del continente Americano.
Desde siempre y gracias a la religión, es costumbre obsequiar a los papás con regalos para el bebé que se está gestando, tanto por parte de familiares como amigos.
Esto representa una ayuda para aquilatar los costes de la llegada de un nuevo miembro en la familia.
Y conocemos el significado de la palabra «Baby», relativo al peque que está por venir, en cuanto a la palabra «Shower» hace referencia a que la premamá deberá ser bañada literalmente en regalos en su celebración.
Unos predican que son las culturas egipcias, normandas o hindús las que comenzaron con ésta andadura de agasajar a un nuevo integrante en la comunidad recién llegado.
En cualquier caso, es una fantástica manera de festejar la próxima llegada del bebé en camino.
Se suele realizar, más o menos, a partir del séptimo u octavo mes de preñez, pues el feto ya está casi formado y va todo viento en popa.
En otras ocasiones, la ceremonia es también el momento idóneo para informar a otros amigos, familiares e invitados al babyshower, de la grata noticia del próximo alumbramiento.
Cada uno hace la fiesta de la llegada del bebé según sus necesidades, gustos o preferencias, como veremos más adelante.
El baby shower, en sí mismo, tiene todo un recorrido a lo largo de la historia, con sus propias adaptaciones o hábitos de cada lugar, como veremos a continuación.
No deja de ser una fiesta que la mayoría de los pueblos han ido realizando durante siglos, en cada país y cultura de forma independiente y única.
Originalmente, se caracteriza por ser para el primogénito de la familia, siendo una reunión de mujeres exclusivamente, las cuales aconsejaban sobre la crianza adecuada se su hijo.
Hoy en día, lo habitual es que sea una amiga íntima de la mujer embarazada o la que próximamente será la madrina, la que sea la culpable de la organización del babyshower.
Ello es debido principalmente a que es la exclusa perfecta para regalar a la premamá los obsequios que necesitará después del nacimiento.
Para ello, irá generando una lista completa de necesidades y artículos y distribuyéndola entre las amigas y familiares más cercanas.
Mientras se ponen de acuerdo en quién o quiénes van a comprar cada uno de los elementos que la componen.
Así, por ejemplo, en USA es costumbre hacerla, tanto para saber el género del bebé que está como para ofrecer a la mujer embarazada toda una serie de regalos casi exclusivamente para ella y el bebé.
Como son la ropa de primera puesta, un sin fin de complementos y artículos necesarios para su cuidado, y para mamá, ropa premamá y cremas que no falten.
Veamos con más detalle la narración de las diferentes culturas del mundo del cómo es el baby shower.
Como comentábamos antes, ya desde el antiguo Egipto de los faraones y las pirámides existía un ritual enclavado en los hábitos, sobre todo de las mujeres próximas a los realeza.
Éstos, a diferencia del resto de los baby shower «al uso» se organizaban después del nacimiento del lactante…
Porque ambos, madre e hijo, se distanciaban para limpiarse de la posible contaminación del nacimiento…. aunque nos suene raro, no deja de ser una costumbre muy arraigada en esa cultura.
Para ello, según las crónicas, acudían de forma separada a los templos sagrados para limpiar su aura y energía vital interior.
Santificando así su persona para empezar así un nuevo acercamiento ya purificados ambos.
Es una tradición que se ha ido perdiendo a lo largo de los tiempos.
Aunque algunas poblaciones africanas lejanas, aún la siguen practicando de una forma similar o con pequeñas modificaciones y adaptaciones a sus costumbres..
Como bien puede ser el lavado de ambos (madre e hijo), la purificación, bien con ramas y hojas o dormir sobre plantas medicinales para proveerles de fortaleza o de un íntimo contacto con la naturaleza, etc.
La narración nos lleva por otro lado, en la India (tanto en la antigua secular, como en la moderna).
En la cual, la rutina de la llegada del bebé es muy diferente al resto de las culturas más próximas a nosotros, occidentales…
Porque, en la ancestral India era habitual festejar el conocido como Simantha, realizado también el 7º u 8º mes de preñez.
Pero, en ésta ocasión a la premamá se la agasaja con dulces, frutos secos locales y regalos alimentarios para que el bebé crezca sano y fuerte (o eso piensan).
La diferencia notoria es al final de la velada de su fiesta del bebé, en el que se aclama una actuación musical con versos primitivos llamados Udhagasanthi.
Cuya particularidad es la vibración fonética de los mismos, que llegan al útero materno, por la frecuencia de los mismos.
Todo ello en aras de agradar a los oídos del retoño que se encuentra todavía en desarrollo embrionario.
Porque, según su costumbre, los bebés comienzan a escuchar ya en el seno materno.
Siendo así una forma de satisfacer y de darle la bienvenida, decirle que será bien recibido y que…
¡Estamos esperando que salgas ya!.
Actualmente en la India, la fiesta del bebé no dista mucho del ritual inmemorial latente aún hoy en día.
Salvo que está provisto ya de regalos diferentes más modernos: las canastillas de nacimiento, ropas para el neonato, alimentos para la mujer parturienta, y productos de higiene para la limpieza del lactante.
Ya acercándonos a las crónicas europeas, el baby shower se ha ido adaptando a cada país, cultura o población según las variopintas costumbres locales.
Así, en la Europa medieval, dicen los anales que siempre era hábito el conmemorarlo después del parto de la mujer, nunca antes, ello es por una razón muy concreta y lógica…
Dado el alto número de niños que morían en el parto, era preferible hacerlo cuando ya la mujer hubiera dado a luz a su criatura que antes que cabía la duda de llevarlo a término.
Y no sólo eso, era tan complejo el parto (pocas medidas higiénicas, menor conocimiento de la anatomía femenina, los problemas subyacentes del mismo, enfermedades, dilatación insuficiente, etc).
Que era el sacerdote el que acudía al parto para que la mujer confesara… por si salían mal las cosas, estuviera preparada y limpia de pecado su persona.
Entonces, cuando el bebé ya estaba en brazos de la mamá, pocos días después, celebraban una semi fiesta del bautismo, en la que era usanza el donar a la madre un par de cucharas de plata como símbolo.
Dando un salto ya la isla de Gran Bretaña, las costumbres a lo largo de la historia del baby shower…
No dejan de sorprendernos por la ingente cantidad de supersticiones que había alrededor del embarazo, de la mujer encinta, de la preñez, del parto, etc.
De esta guisa, por ejemplo, decían que una mujer estaba embarazada simplemente porque se habían juntado 2 cucharillas en la taza de té de las 5 accidentalmente….
Y, si la mujer estaba soltera (y sin compromiso conocido)… ya la teníamos armada porque ya cabía la duda y podía ser considerada o expulsada del círculo de confianza.
Sin movernos mucho más, los regalos siempre eran confeccionados de forma artesanal por personas adecuadas y profesionales del sector.
Siendo siempre la abuela la que proveía los mejores agasajos a la familia recién ampliada (es su obligación como figura materna).
Por esta razón, la abuela estaba obligada a donar varios objetos de plata u oro, sobre todo si eran de clase alta.
O, en su defecto, si la economía no lo permitía, una serie de objetos de valor se ofrecían…
Que la recién parida madre podría vender o llevar a algún usurero para que se lo cambiara por algo de primera necesidad para poder tener alguna oportunidad de echar adelante a su rorro.
Dando un salto al charco, nos presentamos en Norte América, donde la costumbre del baby shower dio un salto cuantitativo, según la historiografía.
Sobre todo después de la II G.M., donde comenzó la generación de los Baby Boomers.
Esto es, las mujeres embarazadas de la postguerra que esperaban la cercana llegada de sus bebés.
Debido a la cantidad ingente de familiares (padres, hijos, hermanos) que cayeron en la Gran Guerra, había que volver a repoblar los Estados Unidos de América.
Por ello las mujeres empezaron a quedarse todas ellas embarazadas, ésta es la historia o el comienzo de la generación de los conocidos como Baby Boomers.
Pues bien, cuando las mujeres se casaban recibían, ya sea de la familia como de los amigos más próximos, el conocido como «ajuar de la boda» (costumbre europea, por cierto).
Esto son: toda una serie de artículos para empezar la vida matrimonial.
Entre los que se encontraba una canastilla para el nacimiento de sus criaturas, así como sábanas, cubertería, manteles, artículos de primera necesidad, etc.
Pues bien, las costumbres de la ceremonia de la fiesta del próximo nacimiento del bebé, como hemos visto, son diferentes, pero hay mucho más…
Por ejemplo, en la tradición jainista, el shreemant o fiesta del embarazo.
La preñada puede acudir a la casa de su padre a partir del 5º mes, no antes, debiendo volver antes de festejar su baby shower bajo ningún concepto o sería expulsada.
Justo después de realizarlo, ya no podrá ir a la casa paternal y como curiosidad, el cuñado más joven tiene la obligación de mojar sus manos en agua bendita, para posteriormente….
Propinarle a la mujer encinta siete cachetazos en ambas mejillas, repitiendo ella lo mismo a su mismo cuñado (vamos, devolviéndoselas).
Cambiando de ambiente, en la comunidad Nair (costumbres hindús), a la mujer en estado de buena esperanza…
Se le proporciona un masaje casero a base del aceite de plantas locales medicinales para relajarla y mimarla (preparado por una gurú experta en la materia).
Tras un baño ritualizado por parte de las mujeres mayores de la familia, se le viste con ropajes tradicionales de la zona.
Pasando por adorar a la deidad familiar y adornando a la encinta mujer con joyas y regalándole artículos y prendas para su futuro bebé.
Es una fiesta eminentemente religiosa, arraigada en las historias y costumbre de sus antepasados.
Para la zona Nepalí, las costumbres son otras, ofertando a la preñada una comida de su elección.
En la que, una vez recibida, le regalan dinero y prendas artesanas para su bebé por nacer.
En cualquier caso, el rasgo común en éste recorrido de la fiesta del bebé a lo largo y ancho del planeta Tierra y de la historia de la misma…
Es que es una festividad (salvo casos excepcionales) únicamente diseñada, planificada y ejecutada por y para mujeres.
Quedando los hombres relegados a un segundo plano (que seguro, que ni se enterarían del acontecimiento).
Como comentario adicional, otro rasgo común de la fiesta del babyshower es que es un momento…
Es por ello que no admiten hombres en el que las mujeres de mayor edad y, por ende, las más experimentadas (o que han tenido ya varios hijos)…
Enseñan a las jóvenes -embarazadas o no- sus experiencias, esto es: el cómo cuidar a los bebés.
El qué hacer en ciertas ocasiones, cómo limpiarles, atenderles debidamente, protegerles, hacerles la comida específica, su descanso, etc…
Todo ello en favor a una mejor experiencia y proporcionarles los mejores cuidados a los lactantes, porque nadie nace enseñado.
Y, toda explicación e información adicional es poca cuando se trata de comunicar…
Con el mundo de los bebés a las mujeres que esperan, ansiosas, su próximo vencimiento.
Siendo algo novedoso a lo que nadie está preparado ni debidamente avisado.
La fiesta del baby shower, como hemos ido viendo, dependerá del lugar donde vaya a ejecutarse.
Pero, a grandes rasgos, existen muchas coincidencias comunes entre todas ellas, como veremos…
Cada vez son más elaboradas, añadiendo elementos propios de cada familia, cultura, religión o lugar de origen.
En cualquier caso, es una preciosa y divertida manera de celebrar la llegada próxima de un bebé a la familia.
Hoy en día, gracias a la globalización, la mezcolanza de costumbres y los históricos arraigos que, cada pueblo ha traído de su tierra…
Las fiestas del baby shower son una celebración que poco tiene que ver con lo que anteriormente hemos visto en la historiografía de la humanidad.
Actualmente, por ejemplo, el hombre ya es partícipe de la fiesta de la llegada del bebé (enorme diferencia con los anales de la historia babyshowera).
De hecho, algunos ya están destinados a ellos…
Los cuales, a diferencia de las féminas, parecen realmente una excusa para reunirse con los amigos, beber cerveza, ver el fútbol, jugar con videojuegos, películas o series de la televisión por cable.
En principio, debería ser una celebración por la llegada de su próximo hijo, varón o hembra.
Y, aunque los amigos traen regalos al padre (desde una tarta de pañales, una canastilla de nacimiento para el bebé de la tienda de regalos Cositas Chulas)…
Parece más una obligación -para acudir a dicho evento-, que realmente el epicentro de la fiesta, cosas de la vida.
Dichas veladas se suelen festejar, bien en un bar o pub cercano, bien en el jardín de una casa unifamiliar.
Donde la barbacoa, los barriles de cerveza y la música hacen que se denomine «mojar la cabeza del bebé».
En otras ocasiones y, gracias a las influencias rel Reino Unido, el mojar la cabeza es realmente la celebración del nacimiento del primogénito.
Por ello, tomarán copas y acabarán emborrachándose todos los amigos junto a él.
Lo habitual no es eso, ni mucho menos, se trata de una reunión donde acuden los familiares más cercanos, amigos y compañeros del trabajo…
En la que se decora convenientemente para demostrar así la felicidad que agasaja a la pareja encinta.
Se ofrecen aperitivos, bebidas y se corona con una tarta de pastel para, por último…
Ir donando, por orden, todos los asistentes a la juerga, los regalos que han ido trayendo a la misma parfa los progenitores.
Dichos obsequios suelen ser, desde pañales, ropa para el bebé, productos de higiene y limpieza
Hasta artículos como bañera, cambiadores, chupetes, biberones y complementos de alimentación o baño.
De tal forma que así ayudan a los futuros nuevos papás y mamás con la labor de cuidar a su retoño y así ayudarles económicamente a su sustento…
Porque es un dineral lo que cuesta, sobre todo al principio al tener un bebé…
La cantidad ingente de cachivaches que hemos hecho que sean imprescindibles para traer a un bebé al mundo y con sus cuidados posteriores.