Haz que tu bebé se calme y duerma plácidamente con éstos 8 métodos
No hay nada más frustrante para un padre primerizo que el sonido del llanto de su bebé.
Como padre o madre, os vais a enfrentar durante todas y cada una de las etapas de vuestro bebé, a una buena cantidad de retos.
Uno de los aspectos más desafiantes es conseguir que tu bebé duerma plácidamente y que permanezca descansando durante un periodo de tiempo prolongado.
Todos sabemos los bebés necesitan dormir más horas al día que los adultos, pero puede ser complejo si no son capaces de conseguirlo cuando están despiertos.
De hecho, cuando son muy pequeños, logran dormir entre 16 y 17 horas al día.
Por lo que, conseguir un procedimiento que funcione será para celebrarlo por todo lo alto…. pero no es tan difícil.:

Por eso, te presentamos los 8 mejores métodos para dormir al bebé, probados por distintos especialistas de renombre mundial.
Algunos de ellos están causando furor en el mundo pediátrico:
- Método Oompa Loomba:
Gracias a él, conciliará el sueño más rápido y sincronizará el bebé su reloj biológico con sus padres entre lo 4 y los 6 meses de vida.
Con lo que lograremos que duerman entre 8 y 12 horas seguidas, para vuestra serenidad.
Es válido desde que son recién nacidos, o con pocas semanas de vida.
Lo mejor es que es muy fácil de llevar a cabo: Lo sentamos en nuestras rodillas y lo mecemos suavemente, cogiéndolo con nuestros pulgares debajo de sus axilas, teniéndolo de frente y mirando hacia nosotros.
El resto de los dedos los colocamos debajo de su cabecita, sujetándola con seguridad y suavidad a la vez.
Debemos repetir las palabras Oompa Loomba a un ritmo de compás, 2 veces.
Cuando comencemos el tercer Oompa, levantamos un poco las piernas y le hacemos un pequeño saltito, como si practicáramos el trote suave del caballito.
Continuamos desde el principio hasta que se duerma.
El secreto está en comenzar haciéndolo un poco rápido e ir, paulatinamente bajando el ritmo, hasta que sea casi imperceptible la actividad.
El ritmo debe ser suave y, cuando veamos que cierra los ojos, será justo ahí cuando comencemos a bajar el ritmo hasta parar.
El bebé en todo momento estará viéndonos y la mezcla del sonido junto con los movimientos suaves consigue que vaya cayendo con el sopor que le produce.
Hay que tener en cuenta que el bebé tan pequeñito no mantiene la cabeza por sí solo, por lo que es fundamental sujetar firmemente la testa y que los movimientos sean muy suaves, no bruscos.
No hay que sacudirlo, sí mecerlo!.
- El método Ina May Gaskin:
A través de su famoso libro «Matrona espiritual«, es el catecismo de los papás y mamás de la época hippie.
En él relata, con todo lujo de detalles, la obligación de tener un apego absoluto y un cariño primordial, entre los progenitores y sus vástagos.
Defensores del colecho hasta conseguir niños grandes, con el amamantamiento a discreción o a demanda total.
Con la cual, el bebé podrá comer del pecho maternal tantas veces como requiera, incluso con la madre dormida.
También promueven los masajes infantiles como filosofía para promover el sueño, con la entrega total de la madre las 24 horas del día.
Una vez el bebé ha comido, se le van dando suaves masajes a lo largo del cuerpo hasta que plácidamente caiga rendido por el sueño.
De hecho, defienden el parto natural en el domicilio sin nada más (sin intervención de nadie más).
- Metodología de Richard Ferber:
Por medio de su controvertida obra y, más conocido como el tratado español del Dr. Estivil.
Versa sobre la importancia de enseñar buenos hábitos de sueño a los más pequeños en «Duérmete niño».
El punto de vista es similar: entrar en una rutina de luz muy suave, hablarle muy cariñosamente y en voz baja, siempre en su cuna o cama el bebé o niño…
Debe quedarse en ella sin moverse y sin cogerle en ningún momento nadie. Los papás entrarán paulatinamente a verle y decirle siempre unas palabras que le tranquilicen, que se duerma.
Se realiza cada vez con más espacio de tiempo de por medio (ir añadiendo 5 minutos más para volver a entrar en el cuarto).
Siempre y cuando no se le coja en brazos, por mucho que llore o lo implore.
Él teoriza sobre que los bebés saben muy bien cómo hacer las cosas y hay que educarles que todo tiene un tiempo y hay límites para ello. Suele funcionar bien al cabo de poco tiempo.
- Método Tracy Hogg:
Una forma distinta, a caballo entre el colecho y la severidad en los niños.
Ésta enfermera nos educa sobre el cómo debemos dormir a los bebés, siempre acostados en su cunita.
En éste caso lo consigue ofreciéndole palabras de sosiego, a la par que le cogemos unos momentos en brazos.
Y, aunque siga llorando, dejarle en la cuna una vez le hemos hablado y calmado.
Utiliza el chupete como medio de adormecimiento del bebé y evitar así que sea la mamá la que sea el medio por el que se mitigue.
- El método Penelope Leach:
Ésta doctora y psicóloga inglesa aboga por una filosofía de enseñanza infantil a dormir bien, insistiendo que dejar llorar a los bebés le puede provocar daños cerebrales.
El mundo científico se le echó encima por falta de rigor en sus afirmaciones.
Según promete, dejarles llorar interminablemente sólo obtiene a la larga adultos inestables psicológicamente hablando.
Escribe que, si el bebé se despierta, debemos acudir rápidamente y estar con ellos, asegurándoles que estaremos ahí sin abandonarles.
Así alcanzará a ser un niño sano y plenamente seguro de su persona.
- El método Williams Sears:
El doctor Williams y, asemejándose a su compañero Gaskin, nos adoctrina que lograr que el bebé no llore cuando va a dormir es acostándose con ellos siempre.
En todo momento debemos tenerlo cerca y, bajo ningún pretexto dejarle solo en la cama y que se sienta desprotegido o abandonado.
Vamos, defiende a capa y espada el colecho el tiempo necesario (incluso muchos años) hasta que aprendan a hacerlo ellos solos.
Si es necesario que el matrimonio duerma solo, lo deberán hacer, pero siempre uno deberá dormir junto a su hijo.
- El método de Elizabeth Pantley:
Por medio de su libro «The No-Cry Sleep Solution«, o en español: «El sueño del bebé sin lágrimas», ésta educadora de padres, nos alecciona sobre cómo debemos educar a dormir al bebé sin hacerle llorar.
Una enseñanza escalonada basada en cada uno de las fases del sueño infantil.
Ajustándolo a las necesidades particulares de cada bebé por medio de un control de sus ritmos biológicos.
El procedimiento es sumamente sencillo y habla sobre el acunado suave del bebé mientras le damos de comer hasta llegar al punto de adormecerlo con la tripa llena.
Si en algún momento el bebé se despierta o llora, debemos acudir a socorrerle instantáneamente y acunarle otra vez hasta conseguir que se duerma.
Persiste en un listado de las horas que, al cabo del día el bebé ha dormido (siesta + noche).
Y las veces y tiempos en los que ha permanecido despierto para llevar un riguroso control y actuar en consecuencia.
Por medio de su método de los 6 pasos, nos inicia sobre cómo y cuándo hacerlo para lograr nuestro cometido.
* Dichas fases son:
– Observación: Vigilar la postura del bebé mientras duerme y apuntarlo, si ha llorado, si pide el chupete, si ha tomado pecho antes, si reclama al adulto a media noche… todas las costumbres que se va forjando en la cuna.
– A través de la rutina le organizaremos un horario de sueños, en función de su ritmo biológico personalizado: para la comida, el baño, la siesta, el paseo. Serán como una disciplina para dormir adaptada a cada uno.
– Generar un rito para su hora de dormir, introducir música relajante para introducir el sueño o una canción que le canten los papis, un cuento y un abrazo final.
– No recomiendan que el niño tome el pecho o el biberón antes de dormir, así evitaremos que cojan la costumbre de cenar/dormir y será más fácil que se despierte por la noche.
Deberá retirar la tetina momentos antes de que se duerma y cerrarle dulcemente la boquita.
Se supone que es una metodología fundamentada en la escucha al bebé y la cordura.
- Método tradicional:
El de mi abuela y el resto de las mamás que ya lo han sido, vamos, el de toda la vida, ampliamente probado y con alta eficacia.
Existen varias versiones al respecto, todas con un patrón común y alguna pequeña variante.
El proceso es sumamente sencillo y natural: coger al bebé en brazos, bien con la cabeza apoyada en el hombro de su mamá o papá.
O bien cantarle una canción de cuna, o bien susurrarle suavemente al oído palabras cariñosas mientras nos vamos desplazando, moviendo suavemente, pausadamente sin parar.
Otra forma es también muy válida, acostarle o tumbarle en las rodillas o en brazos e irle cantando una suave cancioncilla mientras le mecemos.
Además de ser un movimiento natural porque le trae recuerdos del seno materno el movimiento, el afecto, el tacto y el oído juegan un papel fundamental a la hora de sentirse arropados y amparados.
Otro procedimiento es el del pañuelo, cuya técnica no es más ni menos que pasarle suavemente dicho trozo de tela por el rostro, ese cosquilleo logra que se relaje, suele ser más que suficiente si no está muy nervioso.

En resumen: muchas opiniones para todos los gustos
Como hemos podido aprender, existen dos mundos completamente opuestos a la hora de la hora del descanso de toda la familia, sobre todo del bebé.
Por un lado, los que manifiestan que hay que dejarle llorar e irá aprendiendo poco a poco a calmarse y a coger la rutina del sueño…
Y, por otro, los que proclaman el apego, estar con él continuamente pendiente y no dejarle llorar ni un momento.
En cualquier caso, serán los padres los que busquen, según su filosofía de vida y educación…
Los que construyan su método particular para dormir plácida y cómodamente a su bebé.
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