¿Qué es un doudou?.
Seguro que en más de una ocasión lo has oído y no sabes muy bien el qué es un doudou.
A primera vista, los dou-dous pueden parecer un simple muñeco o juguete de trapo.
Pero, para sus dueños son mucho más que sólo eso, son todo un mundo lo que gira alrededor de éste tejido.
Los hay de todas las formas y tamaños, pero comparten un rasgo común:
Proporcionan consuelo a quienes más lo necesitan, de hecho, se han diseñado y creado con tal finalidad.
De hecho, es un tipo de objeto de alivio y chupete muy habitual en los países francófonos.
Normalmente se asocia con el pecho de la madre o el pulgar propio.
Pero también puede ser un animal como un oso de peluche o un juguete suave, lo personaliza perfectamente.
La mejor forma de saber lo que es un doudou sería consultárselo a un bebé -que tenga uno-.
Ellos son los que realmente pueden definirlo perfectamente.
Lástima que todavía no sepan comunicarse con nosotros.
Si fueran capaces, nos dirían que algo tan bueno como dormirse en los brazos de los papis, seguro!.
Date cuenta que el calor que desprende el cuerpo de la mamá, unido a su olor corporal…
Hacen una mezcla mágica que, nadie con tan tierna edad, puede dejar de disfrutarlo todo el día.
Pero eso no es posible porque los progenitores tienen trabajos que realizar y no siempre pueden estar con nosotros todo lo que queremos.
Por eso, los dudús son el mejor sustituto que podemos tener (pensarán).
De hecho, si les das uno a un bebé (aunque sea recién nacido) y le impregnas el olor de la mamita….
No dejará de tenerlo cerca y encima todo el día y la noche, ¡no se lo quitará de encima jamás!.
Por algo será, ¿no?.
La palabra doudou viene del francés, «doux», que significa dulce, blando o caricias/cariño.
De hecho, es una expresión habitual francesa utilizada para llamar a los niños de forma cariñosa, po rlo que se sobreentiende que es amoroso, delicado y con afecto.
Lo podrás ver escrito de muchas formas: doudou, dou dou, dou-dou o dudú (que es como se pronuncia).
A día de hoy (porque ha cambiado algo a través de los tiempos) es una manta ultra suave con la cabeza de un muñeco cosida.
Podrás encontrarlos de multitud de formas, tamaños, colores y texturas, pero todos más o menos comparten el mismo patrón.
La finalidad del doudou es que sirva de calmante para los bebés.
Éstos, no tienen nada más que a papá y a mamá (lo que conocen hasta ahora y siempre están con él) y necesitan en todo momento su presencia porque les proporciona la seguridad que necesitan.
Pero, ni uno ni otro, habitualmente pueden estar con el pequeño las 24 horas del día (y de la noche).
Por eso, el dudú cumple con su función: les calma la ansiedad que les produce no ver a sus progenitores en todo momento y lugar.
Sobre todo cuando van a dormir, que es cuando más desazón tienen y más requieren la presencia de los mayores.
Lo agarran fuerte, lo chupan, lo mordisquean, lo miman, se acarician ellos con él y gracias a ello, sienten placer, mucha tranquilidad y el sosiego que requieren lo logran gracias a él.
Y lo más curioso del tema es que, muchos de los famosos terrores nocturnos que padecen muchos niños mayores vienen dados por la falta de apego de cuando eras bebé.
Su misión, por tanto, es colmar la escasez de cercanía, serenidad y sosiego que demandan, así como ser el mejor aliado para conciliar el sueño de los lactantes.
El doudou se sujeta a la parte delantera de la ropa del bebé y proporciona un juguete suave y mimoso que puede calmar a su hijo cuando lo necesita.
Existe desde hace siglos y sigue siendo muy popular hoy en día y seguirá haciéndolo por lo importante que para ellos son..
Tu dou dou puede estar hecho de muchos materiales diferentes, como algodón, lana, seda o poliéster.
Pero, el material más utilizado para fabricar un doudou es el algodón 100% porque es suave y cómodo para los bebés.
Y se define como un objeto transicional, sirve de instrumento que el pequeño elige libremente y al que le tiene un especial cariño.
Los olores son uno de los principales sentidos que los bebés potencian desde que son recién nacidos.
El olor de mamá, es una fragancia natural que tiene la capacidad de reconfortarnos cuando estamos tristes.
Cuando eres una madre primeriza, nada huele tan bien como tu bebé.
No puedes esperar a abrazarlo y besar esa cara tan dulce, pero el olor de tu bebé no se limita sólo a su cabeza.
La ropa, el pelo y la piel de tu hijo tienen ese mismo aroma especial: ¡es irresistible!.
En cuanto llegas a casa después del trabajo o el colegio, quieres abrazarlo y respirar profundamente; te recuerda lo mucho que significa para ti.
¿No sería bonito que también pudiéramos hacer que su objeto más preciado oliera así?.
Este es el principio básico del doudou.
Pues bien, es muy fácil: Antes de dárselo al bebé, lo que debes hacer es impregnarle tu olor en el juguete de trapo.
¿Cómo hacerlo?.
Simplemente durmiendo con él, te lo restriegas suavemente un poco por el pecho y te lo pegas unas cuantas horas como si fuera parte de tí, de tu ropa.
Pero no se te ocurra echarle nada, ni tu perfume, ni desodorante, nada de nada!.
El trapillo ya cogerá esencia de tí, de tu olor específico -incluso con algo del perfume que uses habitualmente-.
Entonces, se lo enseñas y, si ves que lo coge con gusto, lo primero que hará será olerlo y, si lo reconoce: hemos dado en el clavo, hemos triunfado!.
El lactante reconocerá ese aroma inconfundible y siempre te tendrá cerca (para él), aunque no estés ahí.
La seducción del doudou entrará en acción y no tienes nada más que hacer.
Siempre recomendamos que compres dos dou dous iguales, para que puedas ir lavándolos a medida se vayan ensuciando.
Cuenta con que no los soltarán nunca, tendrás que engañarle para hacer el cambio del limpio por el sucio.
Por supuesto, ni que decir tiene que acabará chupado, deshilachado y roto en la mayoría de las ocasiones.
Nuestra recomendación por experiencia es que no esperéis a que esté muy desgastado, porque si no, de lo contrario, notarán la diferencia del viejo al nuevo y no notarán el cambio y no lo querrá.
Y, recordar que cada vez que lo laves, tendrás que volver a darle tu olor corporal nuevamente.
No, para nada tienen que ser los objetos de apego un muñeco, ni de trapo tan siquiera.
Pueden ser cualquier artículo, pero lo recomendable es que sean de trapo (para sea absorbente y que pueda adquirir y mantener tu olor).
O ser un trozo de trapo nuevo que la mamá haya cosido y transferido su olor.
Pero lo importante es que sea suave, esponjoso y de un tamaño adecuado para un bebito.
Antiguamente se hacían con pañuelos o cojines que rellenaban de fibras de algodón.
Más tarde, para darles más gracia y ser más «comerciales», les añadieron cabezas de animales, con nudos, con tacto de terciopelo,… etc…
Si te ves animada y quieres algo especial y único para tu tierno infante, te animamos a que cojas tu caja de costura…
Vayas a comprar a una tienda de retales una tela (con un metro tendrás de sobra) de terciopelo o algodón ultra suave…
Pero eso sí, que no suelte pelo (las hay ya específicas para usar en bebés), que los colores sean teñidos y no tóxicos (no impreso) y el tinte debe ser natural, tenlo en cuenta.
Cortas dos capas y, en medio insertas fibra de algodón ecológico o similar.
Lo coses bien, teniendo precaución de que esté bien cerrado/cosido (no queremos que el bebé lo pueda abrir y se asfixie al meterse en la boca el relleno!) con doble cosido para tranquilidad de todos.
A continuación, hagas el siguiente procedimiento: lavarlo con jabón suave de ropa (para bebés preferentemente).
Una vez seco, le proporciones tu olor, como antes hemos hablado.
Y habrás logrado tu doudou personal que nadie más tendrá y, para tu hijo, será el objeto de apego más importante de su corta vida.
Según dicen los expertos en la materia, lo idóneo es ofrecérselo sobre los 8-9 meses del bebé (antes del año).
Simplemente es por evitar la SMSL (muerte súbita del lactante), que suele ocurrir por asfixia.
Debido a ello, no deberemos dejar que duerma el pequeñín con nada (objetos, juguetes, muñecos) antes de los 8 meses…
Por «muy monos» y entrañables que nos parezcan durmiendo abrazados a sus peluches.
Se prohíbe (recomienda) el no uso de almohadas hasta el primer año cumplido.
Y debería dejar de usarse el dudú a partir de los 5 años de edad.
Porque, se supone que esa etapa debe estar ya superada y no requeriría de ese apoyo emocional cuando no estén sus papis cerca.
Aunque, no es menos cierto que cada niño es un mundo y quizá podamos alargarlo si la situación personal lo requiere.
En cualquier caso, no se os olvide nunca salir sin su muñeco de apego de viaje, a la salida al campo o a la casa de los abuelos.
Nunca se sabe cuándo tendrá un mal momento y requiera de su asistencia técnica del doudou urgente.
En la tienda de Cositas Chulas disponemos de muchos modelos de doudous.
Tanto en color rosa para niñas, como azul para niños, así como en gris, verde, amarillo, etc, en formato unisex.
Todos ellos de alta calidad, de fabricantes nacionales de renombre en el que se utilizan únicamente fibras nuevas y textiles vegetales (algodón, lino, etc).
En unos modelos podrás ver que hay ositos, conejitos, zorrillos.
Otros contienen leones, gatos, patos, hipopótamos, conejos, jirafas, perros, elefantes, hipopótamos, etc.
Y lo mejor es que ya podéis personalizarlos con el nombre de vuestro bebé, la fecha del nacimiento y regalarlos a los amigos y familiares.
Van envueltos en plástico y con un cartón para una mejor presentación.
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