Incontinencia y embarazo

El embarazo puede suponer una serie de retos, y la incontinencia es uno de los problemas asociados con los que luchan muchas mujeres.

Sin embargo, hay algunas cosas que puedes hacer para prevenir o reducir la gravedad de la incontinencia durante la preñez.

¡Aquí te los mostramos todos para que estés pendiente de todos ellos!.

Por ejemplo, si sabes que el estrés empeora tus síntomas, evita en lo posible las situaciones de nerviosismo, ¡huye de ellas!.

Otra muy conocida es la conocida como incontinencia urinaria, es decir, la pérdida de orina, que puede manifestarse al reír, al toser, estornudar o, simplemente al hacer ejercicio (aunque éste sea suave).

Se calcula que hasta una de cada cuatro mujeres embarazadas padecen esta afección y, por desgracia, no se conoce ninguna cura para ella.

Pero sí que se pueden hacer una gran variedad de cosas para evitarla o por lo menos, para minimizar sus adversos efectos.

En esta entrada del blog examinaremos con más detalle cómo puede afectar el embarazo a la incontinencia en la fémina.

Y te ofreceremos algunos consejos sobre cómo controlar esta afección durante la gestación, así como también para después de dar a luz (que también es factible).

incontinencia mujer embarazada

¿Porqué surge la incontinencia en el embarazo?

El embarazo es una de las experiencias más bonitas y especiales en la vida de toda mujer.

Dado que se realizan toda una serie de cambios en tu cuerpo para poder atender, cuidar y mantener sano y fuerte a tu bebé…

Pero tu organismo tiene que adaptarse adecuadamente ante ésta nueva situación.

Veamos con más detenimiento éstas transformaciones para entender mejor el problema:

  • El útero tendrá que ensancharse y aumentar de tamaño, a medida como el feto vaya creciendo y expandiéndose por dentro.
  • El resto interno de tu ser también se tendrá que adaptar para albergar al bebé.
  • El estómago se retraerá, los intestinos se moverán de lugar y se acoplarán donde tengan hueco.
  • La vejiga y la uretra se verán también ligeramente desplazadas.
  • Así como el suelo pélvico: son un conjunto de músculos que cegan la base inferior del abdomen y cooperan para mantenerlo todo en su lugar correcto.
    Así como la vejiga, que se encuentra suspendida, con el útero y el recto.

En el embarazo el suelo pélvico tiene mucho más trabajo, porque no sólo soporta nuestro cuerpo, sino que además, tendrá un sobreesfuerzo…

Al tener que aguantar también todo el peso del bebé, junto con la placenta y el líquido amniótico (y no es poco).

A consecuencia de ello, a medida que el bebé crece, el volumen y el peso van proporcionalmente aumentando.

Y, si a ésto le añadimos que las hormonas también hacen de las suyas (los múltiples y variopintos cambios hormonales)…

Tenemos un resultado poco favorable para el organismo femenino, como son las ligeras pérdidas de orina ante una risa súbita, por ejemplo.

Éstas aparecen en la mitad de las mujeres primíparas y, cuando hemos tenido más de dos embarazos, aumenta la probabilidad de tenerlas.

porque surge la incontinencia del embarazo

¿Qué puedo hacer para evitar la eneuresis en el embarazo?

Tampoco hay que alarmarse porque todos estos síntomas como la eneuresis se suelen resolver al cabo de los 2 meses después del parto.

Que es cuando el cuerpo «vuelve a su ser», se recolocan nuevamente los órganos internos y todo retorna a su estado anterior.

No obstante, para evitar complicaciones futuras o que ésto vuelva a suceder…

Podemos (y debemos) realizar una serie de ejercicios por el bien de nuestro cuerpo.

Así como tomando las debidas medidas dietéticas adecuadas, como son:

  • Ejercicios de Kegel: ellos nos asistirán a fortalecer el suelo pélvico.
    De tal forma que los músculos podrán volver a hacerse cargo de los órganos como antes estaba haciendo.
    Estos movimientos son muy sencillos y consisten en contraer y relajar dicha musculatura de forma repetida en distintas tandas de ellos.
    Es importante hacerlo todos los días ta sólo 5 minutos, con eso es más que suficiente.
    Un profesional nos orientará de cómo y de qué forma hacerlo, para tenerlo controlado y hacer bien las tablas.
  • También evitaremos las comidas picantes: las guindillas y todos los demás elementos nutricionales muy condimentados.
    Así como las bebidas con cafeína o las energéticas porque nos irritan la vejiga.
  • No obligar a tener la vejiga llena: Yendo al baño cada 3 ó 4 horas, dependiendo de la cantidad de líquidos ingerida.
    Evitando así el obligarla a sufrir un sobre esfuerzo y los consiguientes posibles escapes aparejados.
  • Unas medidas higiénico sanitarias correctas: Secar bien la zona de delante hacia atrás.
    En los lavados usar jabón con el ph adecuado a la zona íntima y evitaremos problemas mayores (cistitis, entre otras).
  • Cuando hayamos tenido pérdidas (aunque sean pequeñas), lograremos más seguridad protegiéndonos con compresas específicas.
    De ésta forma no sólo absorberán el líquido, sino que también evitamos el olor característico.

Y como siempre, recomendamos encarecidamente si tenemos incontinencia y embarazo juntos, acudir cuanto antes a nuestro ginecólogo.

Para que nos evalúe y pueda ayudarnos convenientemente.

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